"Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad" (Filipenses 4:8).
Si sus corazones son puros, sentirán que las cosas pequeñas los afectan. Por esa razón, porque es el templo de Dios, tenemos que mantener al cuerpo limpio. De adentro se mantendrá limpio al darle comida que no lo corrompa y al vivir de una manera pura. "Benditos son los puros de corazón, porque verán a Dios" (Mateo 5).
Aunque pongamos a un pez en el río, el mal olor no lo abandona. El agua puede limpiar sus cuerpos, pero a menos que vuestros pensamientos sean puros y sus mentes sean puras, sus cuerpos no pueden ser puros. les daré un ejemplo: cada mañana te bañas; y si por un día no lo haces, percibirás un mal olor en el cuerpo. Esto es debido a los pensamientos que cruzan la mente a diario. Cada pensamiento tiene su propio efecto, su propio olor, su propio color, cuiden eso. Yo les digo, aquellos que tienen pensamientos sucios o lujuriosos, tendrán un olor tal en sus cuerpos que aún si se limpian el cuerpo cada mañana, seguirán encontrando ese mal olor presente. ¿Qué resulta si sienten ira o rencor o algo en contra de alguien? Eso afectará vuestro cuerpo. Provocará un olor en el cuerpo. Encontrarán un mal olor, como el de un trapo quemándose. Si son voraces, el olor de vuestro cuerpo será como el mal olor de un pez.
Así que hay diferentes olores. Si sus corazones son puros, si sólo tienes buenos pensamientos, si tienes amor, pensamientos de amor, elevados pensamientos espirituales y amor por Dios, entonces el olor de tu cuerpo será como el jazmín. En el cuerpo humano de alguien cuyos pensamientos son puros y limpios encontrarás un buen terreno para que Dios se manifieste. Alguien dijo un vez: "Solo limpia tu corazón, limpia tu mente." Y ¿qué es la limpieza de la mente? No permitir que cualquier otro pensamiento más que el de Dios permanezca en ti .Aún si vives en el mundo, entre hijos, familia, amigos la aguja de tu brújula siempre debe estar dirigida a Dios. Las acciones hablan más fuerte que las palabras, y los pensamientos son más potentes. No tenéis que decirle a alguien,"Soy una flor; la flor es muy fragante." Deja que la flor emita su fragancia, y deja que los demás digan que la flor es fragante. Dejen que sus vidas prueben que tienen algo más elevado.
Aunque pongamos a un pez en el río, el mal olor no lo abandona. El agua puede limpiar sus cuerpos, pero a menos que vuestros pensamientos sean puros y sus mentes sean puras, sus cuerpos no pueden ser puros. les daré un ejemplo: cada mañana te bañas; y si por un día no lo haces, percibirás un mal olor en el cuerpo. Esto es debido a los pensamientos que cruzan la mente a diario. Cada pensamiento tiene su propio efecto, su propio olor, su propio color, cuiden eso. Yo les digo, aquellos que tienen pensamientos sucios o lujuriosos, tendrán un olor tal en sus cuerpos que aún si se limpian el cuerpo cada mañana, seguirán encontrando ese mal olor presente. ¿Qué resulta si sienten ira o rencor o algo en contra de alguien? Eso afectará vuestro cuerpo. Provocará un olor en el cuerpo. Encontrarán un mal olor, como el de un trapo quemándose. Si son voraces, el olor de vuestro cuerpo será como el mal olor de un pez.
Así que hay diferentes olores. Si sus corazones son puros, si sólo tienes buenos pensamientos, si tienes amor, pensamientos de amor, elevados pensamientos espirituales y amor por Dios, entonces el olor de tu cuerpo será como el jazmín. En el cuerpo humano de alguien cuyos pensamientos son puros y limpios encontrarás un buen terreno para que Dios se manifieste. Alguien dijo un vez: "Solo limpia tu corazón, limpia tu mente." Y ¿qué es la limpieza de la mente? No permitir que cualquier otro pensamiento más que el de Dios permanezca en ti .Aún si vives en el mundo, entre hijos, familia, amigos la aguja de tu brújula siempre debe estar dirigida a Dios. Las acciones hablan más fuerte que las palabras, y los pensamientos son más potentes. No tenéis que decirle a alguien,"Soy una flor; la flor es muy fragante." Deja que la flor emita su fragancia, y deja que los demás digan que la flor es fragante. Dejen que sus vidas prueben que tienen algo más elevado.
La madurez no viene con la edad
Una de las señales de la madurez es la capacidad de una persona de aceptar la responsabilidad de su propio talento, de desarrollar diligentemente las habilidades inherentes que le fueron dadas por Dios, y de utilizarlas al máximo con gozo y acción de gracias. La persona que haga esto podrá tener éxito a cualquier edad.
Una de las señales de la madurez es la capacidad de una persona de aceptar la responsabilidad de su propio talento, de desarrollar diligentemente las habilidades inherentes que le fueron dadas por Dios, y de utilizarlas al máximo con gozo y acción de gracias. La persona que haga esto podrá tener éxito a cualquier edad.
1. Víctor Hugo escribió su primer drama a los 15 años.
2. ¡Juan de Medeci tenía 15 años cuando se convirtió en cardenal!
3. Rafael pintó sus obras maestras antes de morir a la edad de 37 años.
4. Tennyson escribió su primer volumen de poesías a los 18 años.
5. Pascal escribió sus grandes obras entre los 16 y su muerte a los 37.
6. Juana de Arco hizo toda su obra y fue quemada en la estaca a los 19 años.
7. Rómulo fundó Roma a los 20.
8. Calvino se unió a la Reforma a la edad de 21 años y escribió sus famosos Institutes a los 27.
9. Alejandro el Grande había conquistado su mundo cuando tenía 23 años.
10. Isaac Newton tenía 24 cuando dio a conocer la ley de gravedad.
11. McCormick inventó la segadora a los 23 años.
12. Charles Dickens escribió Oliver Twist a los 25.
La edad no tuvo nada que ver con el genio de estos grandes personajes. Ellos simplemente aceptaron la plena responsabilidad de los dones que Dios les había dado y no perdieron el tiempo mientras usaban cada oportunidad en su máximo potencial.La madurez no viene con la edad; viene con la aceptación de la responsabilidad.
1 Corintios 13:11Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño; pero cuando llegué a ser hombre, dejé las cosas de niño.
Fuente: El libro devocionario de Dios para los Hombres, Editorial Unilit
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